domingo, 20 de noviembre de 2011

LAS ELECCIONES EN ESPAÑA

LAS ELECCIONES EN ESPAÑA

Las elecciones en España son cosa curiosa. Cuando yo pregunto a mis conocidos y amigos (a mis compañeros no hace falta, se de qué palo tiran) me encuentro con que la inmensísima mayoría de ellos no están contentos con la situación actual en lo referente a las elecciones. Y un gran porcentaje de ellos me afirman que no van a caer en la trampa, y que pasan olímpicamente de votar al PSOE o al PP. Sobra decir que entre mis amigos y conocidos no incluyo sólo a jóvenes, sino también a personas de más edad, que no por ello dejan de ser amigas mías. Lo mismo pasa con otras personas que manifiestan su opinión vía Internet o papel, ninguna (o casi ninguna) parece satisfecha con  la actual ley electoral, y casi ninguna afirma que va a votar al PSOE o al PP. Y sin embargo…¡¡Tachan!! Hoy conecto la televisión en TVE (la opción predeterminada) y se me aparece un discursito del señor Rajoy, que, muy contento por ganar las elecciones, afirma que “el pueblo me ha elegido”, que “el pueblo ha hablado” o que “el pueblo cuenta conmigo”. Espera…algo falla. ¿Acaso todas las personas a las que yo conozco son unos malvados rojos? ¿Me mienten todos solo para tenerme contento, y después, a mis espaldas, van secretamente a votar a Rajoy mientras silban con malicia el Cara al Sol?. Lo dudo seriamente. Es más, lo niego. Como decía una ex-profesora mía, ya se cómo caza la perra.

En general, cuando uno observa los resultados electorales con detenimiento, se le vienen a las mientes las mismas preguntas que he descrito arriba. Inmediatamente saltan voces que anuncian el triunfo mesiánico de la derecha, o, por el contrario, que se lamentan de la estupidez de los españoles, que nuevamente votan al mismo partido que les precocinó la crisis y les causó atentados con sus guerras. No son del todo ciertas ninguna de las voces. Para comprender lo que ha pasado en las últimas horas, me dispongo a dedicar una breve explicación a esto. El lector debe disculparme si no me expreso con las formas que me son propias o si cometo algún error, pues estoy escribiendo esto de forma improvisada y son prisas. Se que esto no está del todo bien, pero es comprensible, puesto que estoy en medio de una interesante temporada de exámenes.

Dividiré la explicación en varias partes. Primeramente, me gustaría adjuntar dos tablas caseras que he hecho, mostrando los datos de las pasadas elecciones de 2008 y las actuales de 2011. Estas tablas son las mismas que el lector puede encontrar en cualquier lado. Sin embargo, me he tomado la libertad de añadirle algunos cálculos de mi propia cosecha: primeramente, he calculado el porcentaje de votos que cada partido tendría si el voto en blanco / nulo o abstención fueran computables. El lector notará que el % de votos de cada partido se reduce considerablemente si tenemos en cuenta a todos los votantes españoles y no solo a los que nos interesa que cuenten. A continuación, he anexionado el número de diputados que debería tener cada partido si se asignaran los escaños de una forma directa, es decir, a razón de un escaño por cada X votos para todos los partidos por igual. También he repetido esta operación teniendo en cuenta el voto de todos los españoles (es decir, incluyendo las abstenciones y demás) Por último, he escrito un breve resumen numérico del porcentaje de votos que los partidos han gorroneado, así como el número de diputados de más (o de menos) que tiene cada partido en relación con los que deberían tener si aquí se hicieran unas elecciones democráticas. A continuación, pego las susodichas tablas:

1. Resultados de las elecciones de 2008:

2. Resultados de las elecciones de 2011:
http://imageshack.us/photo/my-images/197/resultadoselecciones201.jpg/ (Edito aquí: como bien he dicho, estoy muy cansado y he hecho esto muy deprisa. En el título de la tabla he puesto 2010 cuando era 2011. Mil disculpas por el error, aunque supongo que todos lo habréis entendido)

He tenido la suerte de contar con algunos compañeros que han visto estos resultados antes de que los publique ahora aquí. Si reacción ha sido memorable. ¡¿Pero cómo puede suceder esto?! ¡Esto es una dictadura! ¿Cómo nos pueden timar así? Era seguramente lo que pensaban. La respuesta a estas preguntas requiere de una explicación, muy breve, de tres puntos básicos de nuestra legislación:

1. La ley electoral. Es innecesario, yo creo, a estas alturas, que la explica. Como todos ya sabemos, la Ley D`Hont es un método matemático que permite que, cuanto más votos se obtienen, más diputados se sacan. De esta forma, el reparto de escaños no es democrático pues, si se combina esta ley con los dos siguientes factores, se obtiene que una pequeña cuadrilla de partidos se llevan todo el Parlamento cuando no les ha votado la mayoría de la población.

2. La Constitución actual, concretamente en sus artículos 68 y 69, da una serie de claves que permiten perfilar más todavía el asunto. Ya que estamos analizando el Congreso, citaremos el artículo 68 (que es el que hace referencia al Congreso), concretamente el sub-artículo 68.2, que es el que nos interesa en particular:
La circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado. La Ley distribuirá el número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población
Este artículo lo que estipula es que, si un partido tiene sus votos reunidos en una sola provincia, tiene más peso que si tiene la misma cantidad de votos repartidos por todo el país. En el caso de CiU y IU, el primero tiene a la mayoría de sus votantes en Catalunya, mientras que el segundo los tiene por toda España. Esta es la razón por la que CiU, pese a tener menos votos, tenga mucha más representación.

3. El porcentaje de exclusión. Nuevamente, la Ley Orgánica 5/1985, esta vez en su artículo 163.1.a), expresa lo siguiente:
No se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no hubieran obtenido, al menos, el 3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción

¿Qué significa esto? Significa que, si un partido no consigue el 3% de votos en su circunscripción no tiene derecho a presentar candidatura. Un partido cuyos votantes estén muy repartidos en todo el país no podría presentarse, mientras que un partido con menos votos que el anterior pero que estos estuvieran concentrados en una única circunscripción sí que podría presentarse.

          Conociendo estas tres cosas, el lector seguro que ya puede comprender el por qué de estos resultados y el por qué de estas injusticias. El sistema electoral español garantiza una partitocracia en la que dos partidos, elegidos mediante elecciones amañadas, tengan el control absoluto del país, ya que la separación práctica de poderes en España es nula (como bien reconoció un ex-ministro del PP hace bien poco). De esta manera, este sistema se muestra como algo podrido, semi-dictatorial e injusto. Es incompatible defender la democracia y defender este sistema, como también lo es considerar que estas elecciones han sido democráticas. El pueblo no ha elegido a sus representantes. Por ende, esto no es un gobierno del pueblo. Conclusión: España no es una democracia. A echarse a reír todos.

¿Qué cosas son destacables de estas elecciones? Lo primero de todo, tranquilidad, no es necesario un suicidio colectivo. Los que deberían y de hecho están preocupados con estas elecciones son los votantes del PSOE, que han visto como su partido sufría el mayor descenso de su historia. Los demás compañeros y compañeras, tranquilos. Lo primero, no nos dejemos engañar: la victoria del PP no es consecuencia de un aumento masivo de votos hacia ellos, como quieren hacernos creer. El PP apenas ha aumentado un mínimo su porcentaje de votos. La explicación de su victoria reside en la bajada histórica del PSOE. Los votos que estos han perdido han ido a parar a otros partidos minoritarios (porque la abstención tampoco ha aumentado en demasía) Tanto IU como UPyD como el resto de partidos minoritarios ha sufrido un crecimiento enorme. Esto indica una conclusión muy buena, y es que la izquierda por fin se está renovando. Este proceso de renovación consta de dos partes, una primera disgregación de la población hacia todos lados, que ya está llegando, y una posterior unificación de la izquierda en un frente potente, que conquiste de nuevo el poder. Así ha sido y la historia lo demuestra. El pueblo se da cada vez más cuenta de que el PSOE no es más que otro títere de los mercados y deja de confiar en él. Es tarea de nosotros, los comunistas, el explicar al pueblo ahora en qué consiste nuestra ideología y derribar falsos mitos y creencias. Solo así conseguiremos reunificar de nuevo a la izquierda bajo un mismo techo y conducir al pueblo español hacia el camino del progreso y la igualdad.


              ¿Qué rumbo debemos tomar a partir de ahora? Primeramente, debemos plantearnos la cuestión de si es o no posible derrotar al trío PP-PSOE-CiU en las elecciones. En mi opinión, la respuesta es que no, ya que debemos tener en cuenta las circunstancias propias de España. El Gobierno titiritero de turno siempre se asegura su posició mediante la propaganda electoral masiva, la manipulación televisiva (véase Telemadrid, un medio controlado por Esperanza Aguirre) y las alianzas con otros partidos de su calaña. ¿Acaso duda el lector de que PP puede aliarse con PSOE para seguir en el poder? ¿No se aliaron ya para cambiar nuestra tan “democrática” constitución? De modo que háganse todos a la idea, esta situación se debe cambiar y se cambiará en la calle. Nuestra tarea no debe ser otra pues que reforzarnos. La izquierda en estos últimos años se ha disgregado, y ahora vaga sin rumbo por el panorama político, sin madre, sin futuro. Es el deber de los comunistas dar a estas personas algo por lo que luchar. De sobra es conocida por nosotros nuestra ideología, y nosotros ya sabemos que todos esos mitos de que defendemos quitar las casas a la gente, de que apoyamos genocidios y demás son falsos. Pero eso no lo sabe la población. Debemos pues decírselo, educarla, despertar en ella la conciencia de clase y unirnos todos bajo una misma manera. Estas elecciones son buenas para nosotros, pues nos brindan una oportunidad de oro para rearmar a la izquierda. De modo que continuemos nuestra lucha por el socialismo y la cultura. Todos juntos, da igual el partido. Lo único que importa son las ideas. ¡Por la revolución intelectual, que nos lleve a todos a un cambio electoral democrático!

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con todo el artículo salvo el punto de la izquierda se debe agrupar bajo el mismo techo, el del comunismo.
    No todas las izquierdas son comunistas.
    (Y no es una crítica al comunismo, que conste, aunque no esté a favor de él)
    De todas formas, es una publicación elaborada y bien explicada, se valora mucho que hayas tomado tantas molestias estando en época de exámenes.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Tiene toda la razón Winston, no toda la izquierda es comunista. El comunismo como sistema práctico (llamémosle socialismo) es un sistema económico en el que puede haber un amplio espectro de ideas, tanto de derechas como de izquierdas.

    No quería referirme a que toda la izquierda fuera o debiera ser comunista, creo que me ha entendido mal. Sin embargo, este blog es de ideología marxista, y la mayoría de mis lectores comparten esta ideología o la apoyan parcialmente. Es lógico pues que, con mis escritos, pretenda llamar a un aumento del número de compañeros. Pero es evidente que ni toda la izquierda es comunista ni que se deba obligar a nadie de izquierdas a ser comunista. No quería reflejar para nada ninguna de estas ideas. Espero que ahora me haya entendido mejor.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar